martes, 23 de febrero de 2021

La lluvia amarilla

 



  La lluvia amarilla, de Julio Llamazares.  Seix Barral

Sinopsis de la editorial:

Es un monólogo del último habitante de un pueblo abandonado del Pirineo aragonés.

Entre «la lluvia amarilla» de las hojas de otoño que se equipara al fluir del tiempo y la memoria, o en la blancura alucinante de la nieve, la voz del narrador, que está a las puertas de la muerte, nos evoca a otros habitantes ya desaparecidos y nos enfrenta a los extravíos de su mente y a las discontinuidades de su percepción en el pueblo fantasma del que se ha adueñado la soledad.

 

  Esta novela la he leído por el club de lectura presencial al que estoy apuntada, actualmente vía on line por el confinamiento, pero se presta el libro en la biblioteca y tenemos 15 días para leerlo. Me apunto porque leo autores conocidos, como este, pero que no me he leído nada de ellos, y que si no fuera por mí misma, no me hubiera asomado a él, por la temática de la novela. Me puede interesar las novelas en entornos rurales, ejemplos anteriores leídos, la cordura del idiota, de Marto Pariente (novela negra)  o incluso La máquina natural, de Ignacio Fernández (apocalíptico) , pero en esta, aunque cuenta con elementos de las novelas mencionadas, muertes, y me preguntó ¿nadie investiga las muertes sospechosas de ese pueblo? Y un declive y abandono del mundo rural como en la máquina natural, este libro, la lluvia amarilla, es un monologo de la experiencia del ultimo habitante de un pueblo, critica al abandono del medio rural, visibilización de las carencias de personas anónimas. Es decir que no es una novela de entretenimiento, y anímicamente tenéis que esta fuertes para leerla.

  El personaje principal, Andrés, nos cuenta su vida, un hombre que a mí no me ha caído bien. Me parece una persona dura de emociones de cara a su mujer y sus hijos, que quizás es reflejo del entorno, Anielle, un pueblo abandonado de Huesca. Actualmente, para los aficionados al senderismo hay rutas  y es un entorno precioso, como toda la comarca.



  Volviendo al personaje, está rodeado un paisaje espectacular y eso lo transmite el autor con un lenguaje poético y muy visual, referenciando en todo momento los colores del bosque, de las calles vacías, del campo. El primer capítulo me pareció complejo y extraño, con repeticiones que pasado este primer capítulo cogen sonoridad e incluso se agradecen.

  Según avanza la novela el narrador se queda sólo y va rememorando su pasado y su familia, en mi opinión el personajes recuerda conversaciones y recuerdos tan vividos porque ya da muestras de deterioro senil, demencia en inicio. La confusión de los espacios y el tiempo, la agresividad, el enfado con los demás, la paranoia incluso de que le puedan robar, muestras un historia en conjunto a su fin. Y su esposa, creo que estaba profundamente deprimida, y no consigo comprender porque ahí él no reacciona, sigue con su rutina, no expresa, no apoya, no se mueve, aunque también sea abandonar su lugar de nacimiento, antes que abandonarse del todo.

  Leyendo el relato de El otro, de Borges, hay un dialogo que me hizo entender más la metáfora  de  esta novela:

«Cuando alcances mi edad habrás perdido caso por completo la vista. Verás el color amarillo y sombras y luces. No te preocupes. La ceguera gradual no es una cosa trágica. Es como un lento atardecer del verano.»

  Y es que a medida que vas leyendo, las hojas otoñales, esa lluvia amarilla del título, te inunda tu visión, comienza a estar en ese pueblo agónico, lleno de belleza, atrapado en sus calles solitarias y desérticas, con mucho trabajo que hacer, sin respaldo de medios; ni sanidad, ni salario. Sólo la supervivencia, y no del más fuerte, que él lo es, y su mujer lo era, sino a mi modo de ver, del más cabezota.  Transmite soledad, a través de ese paisaje rustico que se va inundando de zarzas. Frío, sin que el calor de la chimenea sea un centro de reunión, de calor humano, sino puramente funcional.

  La narración es continua, sin acotación de dialogo. Dándonos trabajo a los lectores, a parte del a lectura para investigar. Ver entrevistas al autor, comprobar que inspiró esta novela en su momento, para no dejarte envolver en el fatalismo de su lectura. 


«Pero, desde que murió Sabina, desde que en Ainielle quedé ya completamente solo, olvidado de todos, condenado a roer mi  memoria y mis huesos igual que un perro loco al que la gente tiene miedo de acercarse, nadie ha vuelto a aventurarse por aquí.»


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