jueves, 6 de agosto de 2015

El escondite de Grisha



El escondite de Grisha, de Ismael Martínez Biurrun. Salto de Página

En alguna entrada anterior y desde hace bastante ya había comentado mis ganas de leer este libro. Me llamaba la atención eso de thriller fantástico mezclado con hechos radiactivos de la accidentada central nuclear de Chernóbil, ¿cómo el autor se las ingeniaría para combinar ambas escenarios?

Antes…, la sinopsis de la web de la editorial:

Dos veces huérfano con apenas diez años, Grisha ha aprendido a protegerse por sí solo y a esconder sus secretos. Todas las tardes se refugia en la biblioteca y escribe con los ojos cerrados lo que parece el diario de otro niño que vive a miles de kilómetros y a quien no conoce. ¿Quién es el otro Grisha? ¿Es posible robar la vida de otra persona…?
Olmo no es un bibliotecario como los demás. Incapaz de poner nombre a sus propios sentimientos, huye de un pasado siniestro y busca consuelo en los brazos de la mujer policía que siguió su rastro. Cree que por fin ha puesto orden en su vida, hasta que se tropieza con Grisha. Olmo no contaba con volver a verse reflejado en los ojos de un niño malherido. Con atravesar un infierno ajeno para regresar al suyo.
Éste es el relato del insólito encuentro de Grisha y Olmo, del asesinato que cometieron juntos y del viaje que emprendieron en busca de respuestas y de redención. Con el talento que la crítica le ha reconocido para la combinación de géneros —desde el thriller policial al fantástico—, Ismael Martínez Biurrun ha construido un relato sobrecogedor, a un tiempo hermoso y terrible.
Grisha es un niño reservado, que se refugia, incluso por las noches en la biblioteca. En esa biblioteca su vida se mezcla con la de Olmo, un bibliotecario extraño con un pasado oculto y que aunque parece querer ayudarle todos los signos exteriores se podrían malinterpretar; un adulto buscando la compañía de un niño… con esta primera puesta en escena el autor nos va adentrando en un mundo de fantasía donde lo que parece realmente fantástico es el reflejo de la realidad; abusos, mafia, asesinos, desapariciones, persecuciones… Y lo que tendría que ser fantástico; la escritura automática, telepatía, un duende de papel cobrando vida… se convierte en día a día de los protagonistas.

Grisha y Olmo quedan unidos huyendo de la justicia, mientras la policía; representada en la figura de Patricia, una antigua conocida de Olmo, les sigue sus pasos. A estos se une un antiguo compañero de andanzas de Olmo que nos dará más pistas sobre el turbio pasado y lo peligroso que puede llegar a ser. Vamos avanzando en una novela llena de acción para descubrir porque Grisha es también emocionalmente complejo, y que tiene que ver su infancia con el bosque rojo y con la medalla de los liquidadores.
El bosque rojo

El bosque rojo

Medalla de los Liquidares

Pinceladas de duda que me ha generado la novela, aparte de la paradoja de que lo que me gustaría que fuera fantasía: la radiación y que lo que me apetece que fuera real: un salvador del estilo de Olmo sin sus traumas afectivos, se crucen en un novela combinando a la perfección. ¿No sé si el que mencionen a Alice Munro  es una recomendación para que leamos a la autora o no? ¿Cómo Olmo es capaz de expresar «una sensación poderosamente apaciguadora, ser devorado por el tiempo  de esta manera, en mordiscos blandos de ballena» y no explotar de felicidad ahí? ¿Por qué me siento una adulta estúpida cuando se menciona a Saint-Exupéryautor de El Principito, y no entiendo la referencia, y por una vez: me importa?


¿Qué opináis? Os dejo mientras meditáis la respuesta algo que escuchar de Lhasa de Sela 

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