El rompecabezas
del cabo Holmes, de Carlos Laredo. Sinerrata.
Sinpsis de la
editorial:
El cabo José Souto, Holmes, se ve envuelto en una complicada investigación cuando se hace cargo del caso de un naufragio con un millonario empresario desaparecido y una preciosa modelo ahogada. Holmes dependerá de la ayuda de un peculiar detective privado para poder resolver los misterios que se esconden tras el supuesto accidente, desenmarañando una retorcida red de mentiras, juegos de poder y oscuros negocios.
Es la primera
novela de la serie de el cabo Holmes y tenía ganas de conocer más sobre este
personaje, como comencé por una novela posterior (El secreto de las abejas) pensé que era por eso, pero
mis dudas no han sido resueltas. El autor Carlos Laredo se centra más en el
caso que en el propio personaje por lo que de momento, también en esa novela
tengo ciertas dudas sobre el personaje.
Mi sorpresa
también ha aumentado cuando aparece acompañando al cabo Holmes, Cabo Souto; un
Watson, el Detective Santos. Llevan a la par la investigación y más de la
segunda parte de la novela se centra en el caso que se investiga a través de
los ojos del detective privado de Madrid Julio César Santos.
El carisma de
seductor del detective que me ha atrapado como lectora ha eclipsado la del
cabo, y a pesar de que se complementan para dar un resultado creíble de quién
es el culpable, sin la implicación personal y profesional del detective, no
tendría el Cabo Souto todas las piezas de su rompecabezas.
Hay mucho giro de
los culpables porque todos tienen actitudes sospechosas y trapos sucios que
tapar. La novela se desarrolla con las interacciones de unos y otros y está
llena de adrenalina y sexo. Hasta el final, no te deja el autor ver quién ha
querido conducir al fin como culpable.
Es una novela que
se hace larga porque está muy bien ambientada en los lugares que salen, cuando
van a cenar los personajes, está paseando o asaltando un almacén es algo
palpable; te introduces en la acción y ves el desarrollo de la novela desde
dentro. Las vías de investigación; chantaje, extorsión, celos, codicia, etc. Son
la motivación que podría tener cualquiera de los personajes para, como aparece
en el comienzo, dejar a una modelo ahogada y dar por desparecido a un empresario.
Desde luego no es un caso fácil de resolver.
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