martes, 19 de enero de 2021

Nadie lo ha oído

 




Nadie lo ha oído, de Mari Jungstedt.   Traduccion de Gemma Pecharromán Miguel. Ediciones Maeva  

 Serie de Gotland

1  Nadie lo ha visto

2 Nadie lo ha oído

3 Nadie lo conoce

4 El arte del asesino

5 Un inquietante amanecer

6 La falsa sonrisa

7 Doble silencio

8 Un juego peligroso

9 La cuarta víctima

10  El último acto

11 No estás sola

12 Las trampas del afecto

13  La cara oculta

 

Sinopsis de la editorial:

Cuando el fotógrafo alcohólico Henry Dahlström aparece asesinado en pleno centro de Gotland, las pesquisas policiales apuntan directamente a sus compañeros de juerga. El caso no parece revestir mayor misterio, hasta que el comisario Anders Knutas descubre que el fallecido recibió una importante cantidad de dinero el día anterior a su muerte. Paralelamente, la señora Jannson denuncia la desaparición de su hija Fanny, de catorce años, y la policía inicia inmediatamente la investigación de este supuesto caso de secuestro. Sin embargo, la investigación da un giro inesperado cuando el portero del piso de Dahlström descubre una caja con fotos de carácter pederasta en las que aparece la joven Fanny. Knutas necesitará todo su talento y la ayuda de su amigo periodista Johan Berg para descubrir qué se esconde detrás de este terrible caso.

 

  Mismos personajes de investigación, Anders Knutas como policía y Johan Berg como periodista para cubrir la noticia. Mismo esquema de novela, un impactante asesinato y muchos personajes secundarios mientras que te vas adentrando en las vidas descubriendo cosas de los personajes que irán siendo la miga de esta serie. Hasta el momento he leído hasta la 10 novela, los recomiendo leer en orden, son pasar el rato. La autora sigue dando lo que parecen pistas pero son la ambientación de las escenas.

  Los temas que se tocan son el alcoholismo y la pederastia, dos ideas recurrentes. Y también las obras y trabajos de albañilería pagadas en negro. ¡Buenas lecturas!

  «—¿Puedes describirme cómo era la relación que mantenías con tu padre? —preguntó Knutas, y pensó que sonaba como un psiquiatra.

—No manteníamos una relación estrecha en absoluto. Su alcoholismo nos lo impedía. Bebía cada vez más a medida que me iba haciendo mayor, o también es posible que yo lo notara cada vez más al ir creciendo.

Movió ligeramente su bella cabeza. No se le descolocó ni un pelo.

—Nunca se preocupó de mí —continuó—. Ni una sola vez me acompañó a una clase de equitación ni a una exhibición de gimnasia. Siempre era mamá la que iba a las reuniones de padres y a hablar con los profesores. No puedo recordar que se sacrificara una sola vez, que hiciera realmente algo por mí. No, no le tenía mucho aprecio.

—Puedo comprenderlo —dijo Knutas. »


«A Johan le costaba creer que hubieran tenido tanta suerte. Por pura casualidad habían aterrizado en medio de un acontecimiento decisivo para la investigación de un asesinato y, además, lo habían grabado todo. »


Visby, Gothand, Suecia

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