martes, 28 de diciembre de 2021

Una habitación propia

 



 Una habitación propia, de Virginia Woolf.   Seix Barral Traductor Laura Pujol

Sinopsis de la editorial:

En 1928 a Virginia Woolf le propusieron dar una serie de charlas sobre el tema de la mujer y la novela. Lejos de cualquier dogmatismo o presunción, planteó la cuestión desde un punto de vista realista, valiente y muy particular. Una pregunta: ¿qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Una sola respuesta: independencia económica y personal, es decir, Una habitación propia. Sólo hacía nueve años que se le había concedido el voto a la mujer y aún quedaba mucho camino por recorrer.

Son muchos los repliegues psicológicos y sociales implicados en este ensayo de tan inteligente exposición; fascinantes los matices históricos que hacen que el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad no haya perdido ni un ápice de actualidad.

 

  Me parece increíble no haber llegado antes a esta lectura, pero es que a pesar de tener muchas referencias de la obra hasta que no sé ha propuesto en el club de lectura Booklover  (coordinado por  Elena de Pegapapelotijeras y con la colaboración de Dalia  y de Nayat ) no me lo he leído.

  Es una lectura para leer lenta porque tiene muchas referencias a escritores y a textos, es el ensayo que surgió de las conferencias que dio Virginia Woolf a jóvenes universitarias. Lo veo especialmente interesante para escritores (sean mujeres u hombres) y en general si te gusta ser autosuficiente, porque hay tres datos que siguen actualmente vigentes a los que se debe llegar: espacio propio, independencia económica y pensamiento crítico.

  A mí personalmente me ha gustado la lectura y estoy deseando releer autoras como Emily Brontë o a Jane Austen y a leer algo de George Eliot.

  Creo que este texto hay que leerlo sin buscar nada en concreto, dejarse atrapar por las líneas, leerlo con pausa y sin prisa y tener en cuenta su contexto, su época. Va contando que gracias a otras mujeres (y a algunos hombres) que nos precedieron, sin todas ellas, no tendríamos las posibilidades de ahora. En mi caso no tendría la opción de una educación, un trabajo y un estilo familiar (vivir en pareja y sin hijos) sin la supervisión y critica de una sociedad discriminativa.

  Para mí, la idea feminista está en la rotura de estereotipos con la aceptación de lo obvio.  Y la lucha está ahí, en la aceptación de un modelo propio y no en una imitación.

 «Oh, pero no podéis comprar hasta la literatura. La literatura está abierta a todos. No te permitiré, por más bedel que seas, que me apartes de la hierba. Cierra con llave tus bibliotecas, si quieres, pero no hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente».


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