Conocí la obra y
al autor por FB. Esta semana pasada solicitaba algún lector para su obra, he
dicho en varias ocasiones que no iba a pedir más, comprar o apuntarme a sorteos
hasta que no termine con las novelas empezadas pero no me pude resistir...
Tenía ganas. Como se trata de dos relatos cortos de terror no me iba a llevar
mucho tiempo, y así ha sido. Se le leen rápido, la lectura es amena y las dos
historias tienen influencia sobrenatural o fantástica que las ha hecho
interesantes.
Contrarreloj
El personaje
principal, un recién divorciado, con un hijo, profesor, con rasgos de alcoholismo,
comienza a recibir misivas para que ayude a alguien, que supuestamente está
retenido contra su voluntad.
Leyendo esta historia
mi imaginación iba intentado descubrir que sería lo próximo que se le ocurriría a este buen
hombre con pensamiento de héroe al intentar salvar a la víctima y la sensación
que sus actos, y la manera de tiene la victima de expresarse, no le traerán nada
bueno.
Ese relato me ha
recordado a dos películas de cuyo nombre no me consigo acordar ni he encontrado:
La primera es que
el ordenador y la impresora comienzan a dar órdenes y amenazar al usuario, y
termina siendo una película de terror con encierro donde la electricidad es el
medio de trasporte del mal. En el relato la impresora es por donde le llega la
primera llamada de socorro.
La segunda película
es de un hombre que mata a su mujer, trastornado él por la estricta rutina a la
que le tiene sometido y la empareda en su propia casa, al hacerlo el gato de
ella se cuela en el hueco. Cuando maúlla el gato por el encierro ella regresa
en espíritu y le sigue atormentando. La descripción de la ruptura matrimonial,
el hecho de que él añore la comodidad de las cosas fáciles en vez de su pareja
me había hecho creer que el relato podía estar encaminado por esa vía.
Error en ambos
casos, la historia da un giro abrupto y el héroe decide ir detrás de las llamadas
de socorro sin pensarlo. La figura del mal no era la esperada pero sí sobrecoge.
Túnel de alcantarilla |
La moneda
Narra desde la cotidianidad:
el llegar tarde al trabajo y que no te dé tiempo a desayunar, la espera del autobús,
el compartir un bocadillo en la tercera planta de un centro comercial, etc, y nos muestra una
historia el donde uno de los protagonistas, el chico encuentra un moneda y la guarda. La chica es la que parece investigar sobre la moneda por lo que su papel en el relato
adquiere protagonismo, y nos cuenta a los lectores y al chico, porque esa
moneda encontrada es importante que desaparezca de sus vidas.
Rasputín entra en
escena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario