El
cazador de destinos, de Benjamín Serrano. Editorial Libros y Literatura.
Sinopsis de la editorial:
El cazador de destinos ha puesto su mirada en Queipo, un joven soñador e idealista, cuya vida, pronto, se convertirá en un sinsentido. Hasta el pueblo costero de Svetzlana, en Noruega, le llevan los pasos de su inevitable huida. Allí descubrirá que la sombra que le acecha es tan antigua como el propio mundo y que solo tiene dos opciones: huir o enfrentarse a su fatal destino. Por un lado, el recuerdo de su amiga Angie; por otro, el amor irracional hacia Cristal, a quien está irremediablemente unido. Y en ese deambular evitando la esclavitud de un destino que no eligió, el joven llegará a la isla de Fátima, como un espejismo, como una ensoñación, como un refugio en el que encontrar las respuestas a tantos interrogantes. ¿Puede amarse más allá de la piel?, ¿debe aceptar su destino o, en cambio, armarse de valor y luchar para reescribir su propia historia?
El cazador de destinos nos adentra en un relato gótico con reminiscencias de Poe y Henry James. Una novela brillantemente ejecutada que emociona, atrapa y conmueve.
Esta novela de
fantasía llego a mis manos a través de la plataforma de Babelio y su propuesta de Masa Crítica.
Es una novela donde
acompañamos al protagonista, Queipo, en viaje de huida por diferentes países, a
modo de aventura épica vamos completando el toque fantástico de esta
historia.
Los primeros
capítulos, por sí mismos, historias auto conclusivas como si estuviéramos ante una
novela de relatos, una vez presentados todos los personajes de la novela, la
novela ya tiene consistencia y te ves atrapado en la historia. Algunos de los
personajes que acompañan a Queipo son:
Angie, la amiga con
alto coeficiente intelectual
Leonardo, el
villano
Calef, el novio de
la chica
Cristal, la chica
atormentada
Johanna y Cristine,
dos hermanas con personalidades muy diferentes.
Estos personajes
secundarios están muy bien estructurados y con una interacción entre ellos que
te hacen dudar de si esto será una historia de amor, la de una pareja atormentada
como las referencias que se hacen a las parejas mundialmente conocidas de la historia
como Lancelot y Ginebra, Romeo y Julieta, o los protas de El paciente inglés.
Las aventuras de
esta novela nos llevan a lugares cercanos como en San Pedro de Miñambres o Vilanova
i la Geltrú como a alejadas tierras en una batalla rusa, asistir al carnaval de
Venecia o ir en busca de una isla paradisiaca y secreta a ojos los navegantes
corrientes partiendo de pueblecito costero de Noruega.
El género fantástico
esta principalmente en la descripción de la figura del malo, malísimo, y en su persecución
a través de varios países, donde se confunde en mundo real con el inframundo
creado por los ritos de las religiones sectarias. Una atmosfera oscura y asfixiante
que emana de las referencias que hace el autor a las Rimas y Leyendas de Bécquer,
a los relatos de Poe pero también al embrujo de la naturaleza de Shelley, en Frankenstein
o de Emily Brontë, en Cumbres Borrascosas.
Si con estas
referencias no nos dejamos atrapar, que en mi caso personal si lo han hecho, el
autor nos enlaza pasajes con la mitología griega. Es más, las tres mujeres que
acompañan al malvado a mi parecer tienen referencias también a Las Moiras de los
griegos. Además de que los personajes cuentan con dilema moral y emocional
constante que les hace dudar de avanzar por un camino u otro. Estas historias
consiguen, el autor, que fluyan en toda la narración con detalles y no con
meros menciones de una y otra fuente. Así como las apreciaciones que hace a las
corrientes psicológicas, como por ejemplo el uso de la hipnosis de uno de los
personajes, o la descripción de la histeria, hace que recomiende la novela, te
guste o no la fantasía, porque te puedes dejar atrapar por las referencias literarias,
filosóficas, mitológicas o simplemente recrearte con la aventura de Queipo. ¿Qué
harías tú cuando siendo joven, en una gasolinera desierta, te ofrecen un trato e
incrédulo observas como tus padres serán arrancados de tu lado?
«…buscaba un
estruendo emocional tan intenso como para aturdir su mente. Quizás ese fuese el
atajo idóneo para bloquear los caudales espontáneos de memorias traumatica que
la estaban convirtiendo en una infeliz. Tal vez así, con semejante alboroto, la
mente generase una analgesia eficaz. »
Unboxing del libro
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