El ciclo del eterno
emperador, de Laura Gallego. Montena. Ilustración de cubierta de Vero Navarro.
Sinopsis de la
editorial:
El Eterno Emperador gobierna Akidavia durante mil años antes de morir para renacer de nuevo. Tras la muerte de su última encarnación, varios miembros del Consejo Imperial se presentan en una pequeña aldea en busca del recién nacido que alberga el alma de Su Divinidad y que, por tanto, debe ocupar el trono.
Esta es la historia de Vintanelalandali, decimoséptima encarnación del Eterno Emperador, educada desde niña para tomar las riendas del imperio en cuanto sus poderes despierten. Pero también es la historia de Kelan, un muchacho criado en un remoto rincón de Akidavia, cuya vida cambia de golpe el día en que decide desafiar a la autoridad local.
Cuando los destinos de ambos se crucen, el futuro del imperio tomará un giro inesperado.
Como la lectura anterior El síndrome de Bergerac del club de lectura virtual #Comandolector me gusto, me he apuntado a la siguiente, además con el aliciente de que la autora: Laura Gallego, me gustaba ya de lecturas previas. (Dos velas para el diablo, La emperatriz de los Etéreos).
Esta novela de fantasía es juvenil e independiente, por lo que agradezco no engancharme a una serie más.
Mientras que el
club de lectura mis compañeros jóvenes han sido bastantes críticos con la novela
porque tiene unos personajes poco profundos, y con la autora, porque al parecer
es poco accesible para entrevistas (hechos que no he confirmado) a mí me ha
resultado una novela interesante por las sencillez de los personajes, es decir
los malos son malos y los buenos son buenos, pero no tienen grandes motivaciones
o deseos profundos. Cuando cambian de bando es previsible. Las escenas están llenas
de acción, sin más. Los hechos van transcurriendo, y nos cuentan como un eterno
emperador se va reencarnando y sus consejeros cuidan de la próxima reencarnación
hasta que pueda hacerse valer su poder.
Los caminos de
Kelan y Vinta se entremezclan y nos van contando desde sus personajes este mundo de normas y leyes, uno
como forajido y otro como emperatriz. Los zaldrim son una escolta con unos
poderes que se les otorga al colocarse una máscara, donde se da un paralelismo
con los uniformes de los superhéroes.
Lo que creo podría haber
facilitado la lectura es que los nombre complejos se pudieran abreviar, aunque
ya lo haces como lector, y destaca siempre la figura de Kelan que no sé si ese
el objetivo de la autora, o que forma parte de vocabulario dentro de las
novelas de fantasía.
En definitiva nos
encontramos con emperadores con una mano ejecutora y una mano restauradora ¿tu
cual elegirías? ¿Cuál te gusta más?
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