Ajuar
funerario, de Fernado Iwasaki. Páginas de Espuma. Vídeo AQUI
Sinopsis de la editorial:
Ajuar funerario es un homenaje a la literatura de terror y a la microrrativa, porque Fernando Iwasaki ha logrado concentrar en diez o doce líneas todo el escalofrío, la náusea y el desasosiego del género. ¿Es posible que los fantasmas, las pesadillas, los ritos y las supersticiones nos puedan seguir asustando en pleno siglo XXI? Si tiene hijos, insomnios o hipotecas, mejor no lea Ajuar funerario.
Conocí a Fernando
Iwasaki en el festival del Eñe del 2014, y como lectora, al quedarse una referencia de quienes son los autores contemporáneos
al escucharlos en una presentación o en eventos, ante un catálogo de una
editorial o frente a la estantería de un libro los escojo a ellos. A sus
libros.
Actualmente con
las redes sociales esta información crece exponencialmente, pero si de toda la información
que recibo, queda un poso, ese tiene que caer entre mis lecturas. He aprovechado la
9ª edición, que no es poco, para acercarme nuevamente a este autor.
Os lo aconsejo,
no sólo para lectores que les guste el terror, sino también para el resto romanticón
y vivaracho, porque está el tema tratado con un humor irónico, que acondiciona
el tema de la muerte a las labores diarias. Son historias, que al estar
comprimida en las pequeñas dosis del microrrelato, huye de una lectura macabra
y funesta.
Entre las sus líneas
descubres la belleza, no solo de la muerte y de la despedida, si no la alegría
de la vida y del disfrute del día a día.
«(...)Fue justo, bueno y humilde, y al morir le proclamaron santo porque además fue un gran penitente. (…) y fue condenado a vagar por toda la eternidad (…) » fragmento de Bienaventurados los pobres de espíritu.
Y para los
tradicionales también encontraremos el típico fantasma como el del hombre, en
este caso, de la curva. Historias que son conocidas por todos pero que depende de la pericia del
narrador para sacarte el brillo temerario al escuchar su historia.
También me he
encontrado con imágenes, de historias más desarrolladas, que se incorporaran
por un tiempo a mi memoria inevitablemente.
Ejemplo situación: wc de
gasolinera… «(…)Me incorporé hacia la puerta sin soltar mis pantalones cuando algo
salió del guáter con la potencia de las focas de los circos rusos. (…)» fragmento de W.C.
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