El hombre
inquieto, de Henning Mankell . Editorial TusQuets.
Esta novela, la
número once que leo, de la Serie Wallander es sobre espionaje, submarinos, la
Otan, la Guerra Fría y sobre este peculiar policía haciendo de la suyas.
Para quién no
haya leído nada de este autor recomendaros esta serie. La estoy leyendo por
orden de publicación, porque aunque no son lineales en el tiempo los casos y el
personaje retrocede en el tiempo pudiéndose leer por separado creo que se
entiende mejor al personaje. El autor hace breves resúmenes de los personajes y
situaciones si aparecieron en novelas anteriores. Son lecturas ágiles.
Wallander me sigue sorprendiendo por lo
contradictoriamente humanos que son sus acciones y sus sentimientos. Policía maduro
con problemas con el consumo de alcohol no entiende las borracheras de ocio,
pero en esta novela le suspenden del servicio porque deja su pistola en un
restaurante al que ha ido a cenar y como no, siendo él, salió ebrio. Al mismo
tiempo su ex mujer se somete a un tratamiento de para alcohólicos y sale
nuevamente la el tema de la violencia de género, que Wallander rechaza
abiertamente, pero él mismo ha sido agresor y tiene conductas machistas aunque socialmente,
en su entorno, no sean vistas como tal.
En cuanto al caso
que trata, a modo particular y personal,
porque son los implicados los suegros de su hija es una implicación de espías a
escala mundial. Su perseverancia y sus dotes de deducción te llevan en la
lectura a descubrir las pistas que tendrán lugar en el desenlace del caso. Esta
misma perseverancia se enfrenta a la dejadez de no acudir al médico para saber qué es lo que le ocurre, parece ser por miedo de
descubrir un diagnóstico, aunque los síntomas se ven que le están dificultando
su día a día.
Se retoma la
critica sobre la reducción de presupuestos bien orientados y la decadencia en
la política y en la sociedad por la falta de valores y concienciación.
Esta novela tiene
datos sobre la música, literatura y la pintura; y habla sobre un situación político
social que aporta conocimientos y el punto de curiosidad para poder leer y ver
más cosas ajena a la novela; como averiguar qué aspecto tiene una guitarra
rusa, recordar obras de Tranströmer o escuchar Una noche de julio, de José Julio Alfredo buscando la referencia de una novela y película sueca que al final no he
encontrado.
Balalaika |
Otro detalle que
me ha intrigado y al que no he dado respuesta, es el la peculiaridad de dejar
un par de zapatos al lado de un cuerpo al que han asesinado. Recientemente había
leído, El guardián invisible, de Dolores Redondo donde aparece el mismo aderezo para los asesinatos. No recuerdo más títulos de
novelas, pero no es un hecho ajeno a la novela negra, por lo que me intrigo y
aquí Mankell hace un comentario sobre la tradición de dejar los zapatos fuera
cuando muere, he buscado información y parece ser que dejaban los zapatos fuera
del ataúd para que el fallecido entrara al reino de los cielos sin lujos
terrenales.
¿Alguien sabría confirmar o desmentir este dato?
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