Las mujeres Weyward,
de Emilia Hart. Umbriel. Traducción de Xavier Beltrán.
Sinopsis de la
editorial:
«Intentaron encerrarnos. Pero una mujer Weyward tiene una naturaleza salvaje en su interior. Nadie nos va a controlar».
2019: Kate se marcha de Londres y lo abandona todo para mudarse a la cabaña Weyward, que ha heredado de su tía abuela. Con sus cascadas de hiedra y su jardín descuidado, la cabaña está a un mundo de distancia de la pareja abusiva que la atormentaba. Pero Kate empieza a sospechar que se esconde un secreto en los cimientos del lugar, oculto desde las cazas de brujas del siglo XVII
1619: Altha se enfrenta a un juicio por el asesinato de un granjero del pueblo. De pequeña, su madre le enseñó magia, una basada en un conocimiento profundo del mundo natural. Pero las mujeres peculiares siempre han sido consideradas peligrosas, y cuando se presentan pruebas de su brujería, sabe que necesitará todos sus poderes para mantener la libertad.
1942: En medio de la Segunda Guerra Mundial, Violet está atrapada en la gran finca de su familia. Atrapada por las convenciones sociales, desea dos cosas: la educación que su hermano recibe y a su madre, fallecida hace tiempo, que se dice que enloqueció antes de morir. El único rastro que Violet tiene de ella es el medallón con una W y la palabra «Weyward» grabada en el revestimiento de su habitación.
Con el cambio de
año, cambio de el diario de lecturas, no quería hacer una previsión de lo que
leeré para que no me pase lo del año pasado, que no pude leer con buenas
condiciones y menos reseñar y opinar, así que, de los resúmenes de otros, las
cosas que he ido apuntando a lo largo del año 2023 y pendientes, irán saliendo
las lecturas de este año, sin presión. Me prestaron esta novela, que estaba
apuntada, así que avanzo con ella. Esta lectura llego así.
Nuevamente la historia
de tres mujeres, pero a diferencia de la novela anterior, nuestras
protagonistas son de una misma familia en diferentes épocas históricas. Una secuencia
se repite; son perseguidas, maltratadas y estigmatizadas por el hecho de ser
mujer. Altha que es acusada de brujería, que era un de las partes que me atraía
de la novela, me esperaba más detalles de novela wiccas y brujas, al final no
ha sido tanto si no que se ha dirigido más a una fantasía o comunicación mística
con la naturaleza que tiene ese toque místico que me ha gustado.
Violet esta
limitada por su género en una sociedad en la que no se le permite el acceso a
un educación, medios y libertad de la que tendría que gozar al estar dentro de una
familia acomodada. Sí, he sido clasista en este comentario. La falta de información
sobre la vida la convierten en una victima culpabilizada y expulsada.
Kate mujer actual,
con una vida más contemporánea, y subyugada al mismo tipo de violencia, pero
menos visible. La culpabilidad esta tan integrada en ella, que incluso se aleja
de sus motivaciones y su pulso anímico. A día de hoy es esta violencia la que
estamos a tiempo de evitar, identificarla, superarla y libertarse realmente de
estos comportamientos dañinos y malos en todas sus formas.
La novela arranca
con este drama y evitas abandonar la lectura porque dices, no, esto no la puede
estar pasando. ¡A ella! Cuando es, igualmente, no entendible, que le pase a NADIE.
Así que me quería
encontrar con una novela de brujas buenas y me encuentro con una somanta de
hostias. La recomiendo porque hay partes muy bellas en el descubrimiento de la naturaleza,
el hilo conducto que la autora consigue y la complicidad entre todas ellas, para
que Kate vaya descubriendo la historia de sus antepasados a medida que también se
nos desvela al lector. Hay adrenalina en unas escenas, venganza en otras, todo con
un toque mágico y de emoción hacia la naturaleza y un tipo de conocimiento que
no se debe de perder.
También me parece preciosa la portada, y todas la imágenes que se recrean de pájaros e insectos.
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