Mi hijo en rosa, de Camilla Vivian. Editorial La Calle
Sinopsis de la
editorial:
«El enfrentamiento con personas y lugares diferentes me ha enseñado a entender y aceptar lo diverso, pero sobre todo ha hecho que me convierta en una yonqui de la curiosidad».
Esta es la conclusión a la que llega Camila tras comprobar que su hijo ha sentido desde siempre el deseo de ser niña; de hecho, lejos de ponerle cualquier traba u obstáculo, Camilla decide coger de la mano a su hijo y ayudarle durante el proceso de búsqueda de su propia identidad, un camino durante el cual tendrán que enfrentarse a los numerosos prejuicios y a la falta de información que caracterizan al mundo que les rodea.
Aurora: Me llamo Camilla y vivo en Florencia. 'Mi hijo en rosa' nace de mi necesidad, y la de mis hijos, de compartir nuestra experiencia. Somos una familia normal, llena de imaginación y mascotas, a quienes les gusta leer, viajar, jugar y caminar en las montañas. Nada podría ser más normal si no fuera por mi segundo hijo a quien le gustaría ser una niña, a pesar de ser biológicamente masculino. Una decisión que aceptamos de inmediato porque ninguno de nosotros ha visto nunca nada malo, yo, como madre, notando la perseverancia, la fuerza y la determinación de sus ideas, comencé a preguntarme si sus gustos podrían ocultar algo más.
Este libro llego a
mis manos por un sorteo que hizo la editorial en twitter por su octavo aniversario.
¡Gracias a la
editorial La Calle por el sorteo y por hacérmelo llegar tan rápido!
Si queréis leer o
buscáis libros de temática lgtb, otra editorial que os recomiendo es Egales, que
además en esta novela en el apartado de Me ha sido útil leer esto de la autora, menciona varios libros
en relación a la temática que trata ella.
Otras búsquedas que puedes hacer sobre la temática es journal glbt, gendermom , rainsing my rainbow.
La autora nos
cuenta su propia vivencia como madre separada con tres hijos, en el que uno de
ellos presenta una predilección por los gustos considerados femeninos, cuando
es un niño, desde edad temprana.
La búsqueda de ella
para entender la entidad de su hijo y poder facilitarle el crecimiento, la
búsqueda de asociaciones, profesionales, herramientas educativas, apoyo social
y familiar, y encontrar escasa información. Termina creando un blog para hablar
de su experiencia personal y así encontrar un entramado que la sirva para tener
un mejor entendimiento de lo que es mejor para su hijo.
Esta historia, que
se es entretenida porque las historias están noveladas, pone de manifiesto las
carencias el sistema binario de géneros. Y dentro de los que nos movemos en
este sistema y nos identificamos con uno de los dos géneros, nos abre las
puertas a entender mejor a otras personas. Ser conscientes de que las personas
terminamos siendo individuos con unos gustos y predilecciones que no siempre se
pueden etiquetar.
Las etiquetas son
buenas cuando nos simplifican las cosas, pero no cuando encasillan. También
habla de lo importante que es el entorno familiar, en este tema y en cualquier
otro. Si un hijo no cumple las expectativas de los padres, ¿en que medida es
bueno castigar al hijo?, ¿dónde está el límite? ¿dónde está la opinión de los
demás y la critica que afecta a la libertad expresiva?
Está claro que, si
hemos crecido en amor y armonía, seremos más seguros y fuertes, en la identidad
sexual o en cualquier otro tema.
Leyendo este libro
también te das cuenta de que si no te sientes identificado en tu entorno hay
que seguir buscando. Persistir.
Muchos estereotipos
masculinos y femenino están asociado a un entorno social y a una educación concreta,
por lo que hay que buscar en otros textos, otras vivencias.
Palabros como
disfonía de género, género fluido, queer, niños hibridos, niños transgénero, y
un largo etcétera, no sólo sirve para debatir que cada vez hay más apertura a
este tema, sino que cada individuo puede tener una identidad sexual, y por el
bien común y el individual, debemos de respetar, comprender.
Quitándole hierro al asunto, que aquí se centra el que el vestir de una persona como
reflejo de identidad y de sentimientos, si alguien nos confunde o impacta no
tendría que trascender, ser importante para el que nos sorprende. Tendríamos
que ser más individualistas en este aspecto, y es algo que echo de menos cuando
viajo a otros países o ciudades y veo que se ha conseguido un punto más en ese
aspecto. En este libro ponen a España como ejemplo de mira desde Italia, y yo
pongo mi punto de mira en ciudades como Berlín o Tokio que las pintas son
individuales y no para la mirada (critica) colectiva.
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